La importancia de poder oír. Caso real

13 de marzo de 2020. Día antes de confirmar Estado de Sitio en todo el territorio nacional, hablo con el hijo de un señor (su nombre no podré olvidarlo, Pedro) que unos días antes había valorado su pérdida auditiva de 91 años en el gabinete.

Este paciente presentaba una pérdida auditiva moderada sensorial en ambos oídos, con una gran dificultad de entendimiento y de poder comunicarse, incluso con los familiares más cercanos a pesar de no existir ruido en el entorno.. Además, junto a este problema auditivo, presentaba una gran pérdida visual, debido al desarrollo de un glaucoma avanzado en ambos ojos. Fue una llamada muy sensible, ya que su madre estaba ya en los últimos días de vida, y tras esta dramática situación familiar, me dice su hijo, Coronel del Ejército en Madrid, que quiere que ayude a su padre para que pueda despedirse de su mujer. La pobre llevaba varios días ingresada, ya en zona de hospital de paliativos, y habían intentado que sus padre pudieran verse y hablarse. Sin embargo, debido a la situación de su padre, tanto visual, como auditivamente, les era muy difícil la comunicación.

Afortunadamente, tras varias gestiones, pude conseguir trasladarme a su domicilio familiar, adaptarle dos audífonos a Pedro, y permitirle, de alguna forma, durante unos días poder comunicarse con su esposa, hasta su fallecimiento unos días después y así, al menos despedirse tras una vida juntos (desgraciadamente, luego vimos que a otros pacientes, por otros motivos, les fue imposible debido a la situación sanitaria que vivimos durante esos duros meses - al menos en este caso, se les permitió disfrutar de unos ratitos de calidad juntos)